Me disponía a conseguir la información suficiente para cumplir la primera de las misiones que me había mandado mi nuevo sensei, así que saqué el papel que me dio.
– ¿Asesinos en Konoha? Vaya vaya... – guardé el papel – hasta en las mejores familias hay ovejas descarriadas, ¿eh?
Me bajé la capucha hasta que me ocultase la parte superior de la cabeza, aun así podía ver todo, me cercioré de que tuviera mis kunais, shurikens y sellos bomba, después, me subí a un árbol y fui saltando de rama en rama hasta que encontré a dos ninjas con capuchas atacando a un guardián, cerca del puesto de vigilancia avanzado de Konoha.
– Esos deben ser...
Cogí dos Kunais y se los lancé a ambos a las rodillas, sin embargo saltaron hacia los lados y los evadieron, con una sincronización absoluta lanzaron una estocada al cuello y a las piernas del guardia, antes de que lo matasen salté y bloqueé con los kunais lanzados las katanas de ambos ninjas, llevé al guardia a la torre y volví para pelear con los bandidos.
– ¡Morirás!
– Ahá...
Se lanzaron a por mi ambos, con la sincronización que les caracterizaba, bloqueé sus golpes con los kunais, al más lento de los dos le asesté un golpe en la yugular que lo lanzó hacia atrás, dejándolo inconsciente, ya que el riego sanguíneo no le llegaba al cerebro.
– Uff... casi lo mato. – pensé.
El otro iba totalmente oculto, y era mucho más hábil, se anticipaba a mis movimientos, así que decidí cambiar de táctica. Hice unos sellos...
– ¡Mizu bunshin no jutsu x3!
Se crearon tres clones, los cuales se lanzaron a atacar al shinobi, los ojos de éste se volvieron rojos, pero no había ni rastro de aspas en sus ojos, no podía ser el Sharingan...
Me lanzé hacia él e intenté clavar el Kunai en su hombro, sin embargo ignoró a los otros clones y me lanzó hacia atrás, reventando a las copias.
– Como... ha podido saber...
– Estúpido. No puedes engañar a un poseedor del Keirakukkei.
– ¿Keira...kukkei?
El shinobi me atacó de nuevo, lo paré con el kunai y me di la vuelta, lanzando una patada para tirarlo al suelo, sin embargo saltó y me golpeó en la cabeza, lanzándome de nuevo al suelo, me alejé un poco para coger el otro kunai, se lo lanzé y lo esquivó, así que le lanzé el de mi mano izquierda, pero también falló.
– Hm... vas a morir, jamás tendrías que haber venido.
No estaba asustado, podría demostrar que esos años de entrenamiento realmente me había hecho fuerte, di una voltereta y cogí la katana del shinobi caído, luché durante unos minutos con él, cuando estaba en el fragor de la batalla le lancé la katana a la cabeza, dándole justo con el mango, provocando que cayese al suelo.
Comencé a hacer sellos y salté justo encima de él.
– Suirou no Jutsu!
El Jutsu le pilló desprevenido, cayó en la cárcel.
– Ahora me dirás por qué tienes esos ojos.
– Hm. Idiota. Tu también los tienes.
– ¿Qué?
El shinigami comenzó a ahogarse, así que cuando vi que quedó inconsciente lo liberé de la prisión.
– Ah... – tosió algo de agua – ... parece que el alumno a superado al maestro, ¿no?
– ¿Maestro...?
Desactivó el Keirakukkei y me indicó que me acercase, después, me puso sus dos dedos en mi frente, cerrando los suyos, después, simplemente, murió.
Cerré los ojos ya que parecía que algo me dolía, cuando los abrí de nuevo, todo parecía distinto, podía ver el chakra fluyendo por el cuerpo del shinobi superviviente. Tenía el Keirakukkei. Y ese hombre que acababa de morir era mi padre.
– Bien. Tendré que volver a la villa.
Fui a por el otro ninja y me lo llevé a Konohagakure.
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Vie Nov 27, 2009 8:42 pm