Salí a los alrededores de la villa, buscando altercados que delataran la situación de aquél Chunnin, pronto lo encontré, allí estaba asesinando a varios ninjas, rompiendo mobiliario y destrozando varias cosas más, aunque lo que me dio la prueba final fue la bandana rajada de la Catarata.
– Eh tú. – le dije.
El ninja se giró para mirarme, y activé el Keirakukkei.
– ¿Ohh? ¿Quién eres?
– ¿Quién? Quien es solo la forma de la función qué... ¿y qué soy? Un hombre bajo una capucha.
– Sí, eso ya lo veo.
– Naturalmente, no me cuestiono tu capacidad de observación. Simplemente señalo lo paradójico que es preguntar a un hombre encapuchado "¿quién es?".
El shinobi se lanzó al ataque, queriendo matarme, pero dudaba que él pudiese conmigo, y menos teniendo el Keirakukkei activo.
Comenzó lanzando una ráfaga de kunais, los cuales evadí fácilmente, además de permitirme agarrar algunos en el trayecto para encabezar luego mi ataque, rápidamente me coloqué delante de él y le lanzé una patada a la cabeza, después comencé a hacer sellos, y utilicé el Mizu Bunshin no Jutsu x3, creando tres réplicas.
Volvimos a la posición original y los tres comenzamos a hacer sellos, pero solo uno lanzaría la técnica.
– Suiton Suishouha!
Una gran riada fue hacia el shinobi, el cual prácticamente ni se movió, pero si que le vi hacer sellos, y antes de lo que esperaba, un gran rayo cayó del cielo y se formó una armadura en el shinobi, protegiéndolo de la inmensa riada, decidi atacarlo entonces, usando una técnica que sabía que no surtiría ningún efecto, usé sellos...
– Suiton Baku Suishouha!
Se creó una gran superficie de agua en la que el shinobi se sumergió, ahogándose, mientras el nivel del agua subía más y más, no era muy correcto hacer esta técnica ahí, tan cerca de la villa, pero el gran error fue usar la técnica en sí, ¿electricidad contra agua? en que estaría pensando, me retiré rápidamente de allí, justo antes de que todo el agua se aclarase y se electrificase, cuando salió del agua volví a hacer sellos y le lanzé un proyectil de agua, usando el Suiton Taihoudan.
El shinobi lo paró y usó un jutsu el cual desconocía, aunque lanzó una bola de electricidad, la cual esquivé fácilmente, rápidamente encadenó otro ataque, esta vez mucho más rápido y letal, lanzó un rayo que me cruzó muy cerca del brazo.
Me lanzé hacia él lanzándole dos kunais, cuando llegué a la superficie ya los había parado, comenzamos entonces una lucha cuerpo a cuerpo, en las que obviamente tenía las de perder, pero cuando él creía que solo era eso, dejé que me golpease en la cara, cayendo al suelo y pegando en el interior de su chaqueta un sello explosivo, me hundí en el agua y comencé a nadar lejos, después salí a flote y pude ver como el sello estallaba.
La superficie de agua desapareció y me acerqué al shinobi de la catarata.
– Nadie escapa a su pasado, nadie escapa al juicio final – dije, cuando estaba suficientemente cerca para que me oyese.
– ¿Quién te ha dado a ti el poder para juzgar las acciones de los demás?
– Yo mismo. Tengo el poder para decidir la vida de las personas, los inocentes han de sobrevivir, mientras que los culpables deben morir.
– ¿Y el Hokage es inocente?
– Probablemente no, sólo es un hombre, pero no mata por placer, como vosotros.
– ¿Por placer? Nosotros también seguimos órdenes, shinobi.
– ¿De quién?
– No puedo decir más... pero si crees que no mata por placer... pregúntale por Goryuken.
– ¿Goryuken?
El shinobi no dijo más, cayó al suelo, derrotado.
Lo cogí y me lo llevé a la oficina del Kage, para cumplir la misión.