Reporte de misión

Llegué a la oficina del Hokage, con el cuerpo del shinobi al hombro.

– Garo-Sama, he cumplido una de las misiones.

Dejé al shinobi en el suelo, esperando la respuesta del shinobi. Me aparté la capucha, dejando al descubierto mis nuevos ojos.

– Tendrá que esperar a que se despierte para interrogarlo, el otro ha muerto, él mismo se suicidó.

Coloqué el papel de la mision en la mesa del hokage, donde se encontraba toda la información:

"Rango B:

Unos asesinos han escapado de la villa dejando un rastro de cadáveres tras ellos, siguelos hasta su escondite y captúralos."

Esperé hasta que el shinobi se despertase, tardó sólo una hora, su primera reacción fue salir corriendo, pero la puerta estaba cerrada y la torre del hokage estaba rodeada de ANBUs, lo que hacía imposible escapar.

– Shinobi, ¿quién te envió a Konohagakure?

– Yo... yo... yo no lo conozco.

– Vamos... será mejor que me lo digas, puedo ser peor que un ANBU, y mi tortura no es mental.

Le lanzé un kunai al brazo, se le clavó y comenzó a sangrar.

– Pe-pe-pero.... te estoy diciendo lo que sé, soy un simple guerrero, no puedo saber más, así funciona la organización.

– Ahá. Parece que tu eras el tonto. Maté al inteligente, que error. Ahora tendré que matar a otra persona.

– ¡Vale! Te diré lo que sé. En la organización de bandidos nos protegemos unos a otros, por eso vamos en parejas, esta es una gran misión en la que sacaríamos mucho dinero, robando a Konoha, pero salió mal, tú nos descubriste, no sé nada más, lo juro.

– ¿No sabes quien es tu líder?

– Soy un simple soldado, nunca lo vi, solo me pagaba, pero enviaba a un mensajero.

– Perfecto. – me giré hacia el Hokage – ¿lo tienes todo?

Con el sharingan vi que tiene adentro unos sellos explosivos.

- Si... lo e apuntado todo - Dije mientras me levantaba e iva hacia el caminando lentamente.

- Quitese la camiseta - Dije mirandolo friamente.

- Que?!! es usted un pervertido?!! - Dijo el bandido mirandome asombrado y asustado.

- Vamos, no tenga pena, yo no necesito decirte que te quites la camiseta, para algo soy un sensor de chakra. Pero... afuera a unas mujeres muy peligrosas que te apuesto a que te quieren ver... - Dije con una sonrisa, guiñandole el ojo y aputando a las ANBUS afuera.

Negus me miraba atento, no sabia lo que planeaba.

- Eh... Pero... Yo soy... un hombre casado - Dijo tratando de disimular.

- Pues devio averlo pensado antes de aver intentado hacer una tecnica kamikaze y matarnos a todos aqui adentro... - Dije sonriendo, tire una kunai que le rajo la camiseta y el hilo que mantenia los sellos en su cuerpo, callo todo al suelo y me movi rapidamente hacia el, acabandolo con el raikiri.

- Ya no necesitamos esto...- Dije mientras caia al suelo el cuerpo muerto.

Negus me seguia mirando, lo mas seguro esque halla pensado que soy muy sadico.

- Eres chunnin... ya puedes salir tranquilo, coje una de esas chaquetas que estan en la mesa afuera si quieres.

Negus se fue hacia la puerta y empezo a salir.

- Oh... se me olvido... - Dije mirando a Negus pararse.

- Toma... con esto puedes asesinar gente - Dije tirandole una hoja en forma de avioncito, el la agarro.

– Pero qué... – me acerqué al shinobi al que acababan de matar – aun teniendo el Keirakukkei... no fui capaz de verlo.

Me levanté y cogí una de las chaquetas de Chunnin, poniéndomela encima de la ropa que solía llevar.

– Nunca me ha gustado la ropa reglamentaria... – me fui hacia un armero que había y cogí algunos sellos bomba y kunais que había gastado.

Vi como lanzaba la cuchilla y la cogí con una mano, después me la puse en el antebrazo, llevaba un complejo sistema, el cual consistía en un pequeño anillo colocado en el dedo meñique que activaba el mecanismo oculto en la muñeca, a partir del cual salía una hoja, que no se veía mientras estuviese desactivada, para ocultarla, lo mismo, se tiraba del anillo y se guardaba.

– Vaya... gracias. – dije, saliendo de la sala, cogiendo antes un papel de misión.